jueves, 12 de mayo de 2016

Razones para un hundimiento

Sorprende que un equipo que la temporada anterior realizó una temporada excepcional batiendo récords de puntos en la competición liguera este año los haya batido pero por su escasez, máxime porque salvo algunos retoques la base de la plantilla se mantuvo, excepción hecha de la venta de Otamendi. ¿Qué es lo que falló?

Sería poco riguroso indicar un único motivo para la debacle, porque la situación ha llegado a este horrendo final por una concatenación de situaciones que procedo a explicar.

Todo empezó con mal pie con la batalla por el poder en la parcela deportiva entre Nuno y Rufete, que terminó con la salida de Salvo y de todos los miembros de la secretaría técnica. No podía ser de otra forma, ya que quien gozaba de la confianza de Peter Lim era el entrenador portugués. Esto tuvo varias consecuencias graves: la erosión pública de la figura de Nuno, la ausencia de un criterio estrictamente deportivo en la confección de la plantilla y la pérdida de enlaces entre la plantilla y la gerencia.

El equipo ganó la fase previa de la Champions League y pasó a la fase de grupos, pero aparte de eso los resultados empezaron a demostrar algo que ya se apuntó en este blog a mediados de septiembre: la plantilla es "exageradamente joven y con carencias en algunos puestos clave", incapaz de afrontar las exigencias de la máxima competición europea y los torneos domésticos.

Los jugadores son en gran medida responsables de la mala temporada. Son futbolistas de nivel contrastado -aunque en algunos casos se haya pagado por ellos un evidente sobreprecio-, como demostraron la temporada pasada o esta misma temporada en los partidos contra los equipos españoles más potentes. Pero han sido incapaces durante todo el año de ser mínimamente competitivos contra equipos muy inferiores tanto en la Champions League (no se puede tener sorteo más favorable y peor rendimiento) como en la liga española, de vencer a la inercia negativa y de combatir el acomodamiento. Los únicos que han rendido a un nivel realmente alto han sido los guardametas; los tres guardametas. Pero el funcionamiento defensivo del equipo ha sido nefasto, y eso habla muy claro de la falta de implicación de estos jugadores.

A la mala planificación y el deficiente funcionamiento de la plantilla hay que unir una toma de decisiones esperpéntica. Cuando Peter Lim se vio obligado a echar a un Nuno desquiciado no se le ocurrió otra cosa que contratar a su amigo Gary Neville, un entrenador que no podía comunicarse con la plantilla y que jamás había entrenado. Aquí tenemos los riesgos de tener un magnate que sea dueño exclusivo del club: sus decisiones se toman por caprichos, impulsos y filias, no por motivos racionales. Es su juguete y actúa con él como quiere.

Gary Neville consiguió algo complicado: empeorar los resultados y el juego de forma exponencial. Estaba cantado su fracaso, y fracasó. Y con su salida se puso al frente del equipo Ayestarán, con quien se ha competido aceptablemente en los partidos suficientes -no más- para evitar problemas con el descenso. Tengo mis dudas de que sea mérito suyo, pero dicho queda.

¿Y ahora qué? Lim ha reconocido su error volviendo a articular una dirección deportiva bajo el mando de García Pitarch. Falta por ver si los informes técnicos serán tomados en consideración o si se seguirá actuando como hasta ahora. La primera decisión -y seguramente la más relevante- será el entrenador. Yo no sé si Ayestarán puede ser la solución, ni quién puede serlo. Pero espero que la opinión de los que saben de fútbol se tome en cuenta, sea cual sea.

Sobre la plantilla, la afición realizaría una limpia importante, pero eso será complicado, porque los jugadores tienen contratos importantes y se han devaluado mucho este año, así que encontrar salida a algunos será realmente difícil si no se quiere asumir una pérdida económica importante. Los pocos que tienen mercado -léase Gomes o Mustafi- son jugadores que no se quieren vender. Y además la no participación en competición europea provoca una disminución de partidos y de recursos que impulsan a pensar en una reducción de plantilla a nivel numérico y salarial. Fichajes no podrá haber muchos y serán en base a las salidas que se produzcan, pero esperemos que se acierte con ellos y se consiga una plantilla más compensada y competitiva.

Adenda: quedémonos con algo positivo para finalizar, y es que resulta significativo que en esta entrada sólo haya hablado de mi preocupación por la marcha deportiva del equipo y no he escrito nada sobre la supervivencia del club.

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