martes, 27 de septiembre de 2011

Matar un ruiseñor



Atticus Finch es un abogado de una ciudad sureña que es viudo y tiene un hijo y una hija pequeños a pesar de que ya es bastante mayor. Atticus es un compendio de todas las virtudes morales que pueden adornar a un hombre pero al encargársele la defensa de un negro acusado de violar a una joven blanca se enfrenta a una situación complicada que intenta por todos los medios que no afecte a sus hijos.

Lo peculiar de esta novela es el punto de vista, ya que quien nos narra los hechos es Scout, la hija de Atticus, constituyendo por tanto una novela de esas llamadas "de iniciación". De hecho, hasta muy avanzada la historia no entramos en el caso que constituye la base del relato, y hasta entonces nos limitamos a seguir las pequeñas aventuras de los niños componiéndonos una idea de la pacata sociedad en la que se desenvuelven y la personalidad de los protagonistas.

La escribió Harper Lee en 1960 y está ambientada en la década de los 30, obteniendo un éxito grandioso que provocó que la autora desistiera de escribir nada más para refugiarse y escapar de la celebridad.

El libro es apasionante, de los que se devoran sin levantar la vista, con un estilo ágil y visual, y supone un poderoso alegato en favor de la igualdad racial, la tolerancia y la mesura.

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