jueves, 6 de marzo de 2008

La vida de los otros


Fascinante película que te atrapa desde el principio y no te suelta durante las dos horas de metraje. Una dirección sorprendente del novel Florian Henckel von Donnersmarck, responsable además del redondo guión; estupendas interpretaciones de Ulrich Mühe, Sebastian Koch y Martina Gedeck (ya hablé de ella a raíz de "Deliciosa Martha"), así como de los secundarios; buena música de Moucha y Yared; eficaz fotografía de Bogdanski que crea la atmósfera adecuada y montaje perfecto de Patricia Rommel.

Es una película sobre personas tristes: espías tristes; espiados tristes; traidores tristes; jerifaltes tristes; opositores tristes; despreocupados tristes. Una película en la que cada mirada, cada gesto, cada palabra, cada idea vale un mundo.

En 1984, en la RDA, un alto cargo del gobierno encarga que espíen a un famoso escritor novio de una actriz por quien él bebe los vientos para deshacerse de él. La tarea le es encomendada a un taciturno agente de la Stasi que intentará proteger al escritor.

Alemania lleva fabricando obras maestras como churros desde hace nueve décadas (pronto en este blog escribiré sobre alguna película alemana muda de los años veinte). No me canso de reivindicar a Alemania como el país clave en la historia del cine. Alemania es el cine; el cine es Alemania.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo has bordado; no te quito ni una coma.
Genial película.

Cárabo